EL flotador de pesca, en aquellas modalidades que se
utiliza, tiene una doble función; mantener el cebo a la profundidad adecuada, y
también indicar de forma inmediata, mediante su movimiento, que se ha producido
una picada.
En principio, no se debe adaptar el peso de la línea a la
boya con la que dispongamos, sino por el contrario, en función del fondo, de la
corriente y demás circunstancias, determinar primero el peso de la plomada y
adaptar a este peso el flotador más conveniente.
EL flotador debe estar perfectamente equilibrado, ya que en
el caso de que ofrezca una resistencia anormal a su penetración en el agua, advertirá
de forma inmediata al pez que acaba de picar algo anormal está sucediendo. Para
ello, solamente la antena deberá sobresalir del agua, y al ser muy fina, no
presentando por tanto más que una pequeña superficie, se hundirá sin que el pez
se sienta una resistencia anormal.
Las boyas de pesca se fabrican en cualquier material que por
sus características de baja densidad se mantengan fácilmente en el agua;
durante años fueron casi exclusivamente de corcho; hoy se utiliza la madera de
balsa, el poliestireno expandido, el plástico, el papel, y siguen usándose las
plumas, el puerco espín y el corcho. El flotador debe de elegirse de la mejor
calidad, barnizado de tal forma que asegure en todo momento una
impermeabilización perfecta.
Normalmente se le da poca importancia al color;
algunos fabricantes pintan los flotadores de colores demasiado vivos,
agradables tal vez a los ojos del pescador, pero esto puede resultar un
espantapeces, por eso lo conveniente es que por la parte de arriba sea de un
color vivo, y por la parte de abajo un color oscuro.
Existen, en cuanto a principios constructivos, varios tipos
de flotadores que a continuación analizaremos:
-Hilo interior: En él, la línea discurre por el interior del
propio flotador, y éste se asegura a la profundidad requerida mediante la
antena, ligeramente cónica.
-Hilo exterior: La línea atraviesa una anilla en su extremo,
y se asegura mediante un aro deslizante.
-Deslizante: Es una boya especial, permitiendo pescar en
fondos mayores que la longitud de la caña. Este flotador se desliza a lo largo
de la línea hasta tropezar con un tope,
sin importar en que distancia se encuentre colocada.
-Buldo: Es un aparejo especial, a medio camino entre
flotador y plomada, ya que disfruta de las propiedades de ambos; es una esfera
de plástico, hueca provista de dos orificios donde se sujeta la línea y de dos
válvulas que permiten llenarlo más o menos de agua, variando su intensidad de
volumen. Existen de diversas formas y tamaños, en plástico rígido y flexible, e
incluso lastrados con plomo. Es un auxiliar extraordinario para todas las
pescas de superficie, tanto con insectos naturales como artificiales,
imprescindible en la modalidad mosca.
El buldo cumple dos funciones, asegurar un peso al extremo
de la línea que permite un lanzar ésta con comodidad, y mantenerla más o menos
tensada para indicarnos que un pez a picado.
El buldo ha ampliado en gran forma las posibilidades de
pesca. Su uso permite pescar sobre superficie, a gran distancia con pequeños
insectos, lo que hasta su aparición era prácticamente imposible; puede
utilizarse como flotador deslizante y también permite la pesca a medio fondo,
salvando con ello las zonas de vegetación que ocultarían nuestros cebos.
0 comentarios:
Publicar un comentario